Al este del Edén. John Steinbeck

"Al este del Edén" (1952) es una buena novela, en línea con la maestría literaria de John Steinbeck, aunque a mi juicio no llega al nivel de excelencia de sus dos obras maestras: "Las uvas de la ira" y "De ratones y hombres".

Volvemos a la California de finales del siglo XIX y principios del XX. Volvemos al ámbito rural, a la América profunda, al escenario en el que mejor se desenvolvía Steinbeck.

Desarrolla toda una pléyade de personajes, a través de los cuales nos lleva a mirar a aquella sociedad que transitaba de lo rural a la modernidad.

Dos familias recorren la novela: los Trask y los Hamilton, aunque la segunda es secundaria y accesoria.

Y es que Steinbeck nos habla de la vida de dos hermanastros, Charles y Adam. Charles, violento, celoso y anclado en el campo. Adam, dulce e inocente, perdido en la vida. Con un padre autoritario, los muchachos buscan complacerle.

Adam se une al ejército por deseo de su padre. Esto le curte, y regresa a casa tras vagabundear por el país. Charles le acoge con cariño, aunque las disputas y las desavenencias son constantes.

A la vida de ambos llega Kate, una misteriosa joven malherida, de mirada penetrante y dientes afilados. Adam se queda prendado de ella y la convierte en su objeto de devoción. Ella le manipula y juega con sus sentimientos, mientras se acuesta con Charles.

El embarazo no deseado llega a buen término gracias a los Hamilton, aunque Kate trata de terminar con ello de la forma más abyecta. Una vez nacidos Cal y Aaron, Kate huye tras disparar a Adam.

Adam queda confuso y perdido y es Lee, un personaje clave, quien se hace cargo de los niños, de su cuidado y su educación, y quien mantiene algo lo más parecido a un hogar.

Los sueños de Adam, tras comprar unas tierras cerca de Salinas y convertirlas en un Edén para Kate, quedan en suspenso. 

Los chicos se desarrollan desde el desconocimiento de qué pasó con su madre y casi de quién es su padre, un alma en pena que transita por la casa sin prestarles atención.

Solo el descubrimiento del paradero de Kate, que con malas artes y violencia se ha convertido en madame de un prostíbulo de Salinas, vuelve a despertar a Adam.

Se acerca a sus hijos, cura su herida con Kate y por un tiempo vuelve a vivir.

Steinbeck reproduce la vida de Charles y Adam en Cal y Aaron. Cal es más independiente, lucha contra sus impulsos violentos y primarios, mientras Aaron es bueno y dócil. Éste, lleno de dudas, abraza la iglesia para posteriormente, tras descubrir quién es su madre, enrolarse en el ejército.

Aaron combate en la I Guerra Mundial, donde muere. Esto desencadena le desenlace, en el que Abra, la chica que siempre ha estado ligada a Aaron se une a Cal, que se ha convertido en una persona trabajadora, noble e íntegra. 

Adam se deshace, aunque se reconcilia con la vida.

Y emerge como siempre Lee, la figura central de la obra, por su sapiencia, su clarividencia y su capacidad de reconstruir lo roto. Él, junto con la figura intermitente de Sam Hamilton, un hombre que no tiene nada pero que no necesita nada, son claves.

Steinbeck se extiende quizás en exceso, con una trama alrededor de los Hamilton que no tiene mucho sentido por la poca relevancia que tiene, y dejando al lector con la duda de las motivaciones que llevan a Kate a ser como es.

Por lo demás, una buena y recomendable lectura, exigente en cualquier caso.

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