La forja. Arturo Barea

La trilogía "La forja de un rebelde" es algo casi místico en cuanto a novelas ambientadas en la España de la primera mitad del siglo XX, en torno a la Guerra Civil.

Arturo Barea, nacido en 1897 en Extremadura y exiliado a Reino Unido en 1935, donde murió en 1957, fue un escritor y periodista al que le marcó hasta el alma la Guerra Civil. De ideas republicanas y afiliado a la UGT, permaneció fiel a la Repúblico al inicio de la Guerra. Hasta tal punto que no pudo soportar el dolor y tuvo que marcharse de su país. Se labró una carrera en la BBC, donde condujo varios programas orientados al público de habla española.

Su lápida contiene un epitafio que describe muy bien su vida y la lacra por la que pasó España:

Yo erigí la lápida, pero fui incapaz de encontrar palabras que expresaran mis sentimientos por aquellas cuatro personas, cuya causa (aunque ellos decían encontrarse entre los afortunados), era el símbolo de las enormes causas perdidas de nuestra generación —la causa de España, la de los judíos, la de la social democracia en Alemania, en Italia, en fin, en toda Europa

Tal fue la influencia que tuvieron sus escritos que su nombre llegó a estar vinculado al Premio Nobel en los años 50.

"La forja de un rebelde", su obra magna, se compone de "La forja", "La ruta" y "La llama" y fue escrita entre 1941 y 1944, ya estando exiliado en Reino Unido. Tal fue la fama internacional que alcanzó la obra, que llegó a ser la quinta más vendida en castellano en el mundo.

La primera parte, "La forja", describe su vida desde su más corta infancia hasta su juventud, hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial. Su mundo se circunscribe a Madrid, al Madrid de los humildes, de los pobres. Tiene una infancia muy vinculada al barrio, a las Escuelas Pías en las que estudia gracias a una beca y a su talento. Su capacidad para trasladarnos a aquella época es memorable. Las costumbres, esas profesiones hoy olvidadas, los juegos de niños, las familias. 

Su madre, lavandera, es un eje sobre el que gira su infancia. La descripción de su abnegación, de sus manos roídas por la lejía, de su inquebrantable capacidad de lucha y sacrificio por sus hijos es muy emotiva.

En este mundo Arturo va labrando su personalidad. Su obediencia ciega en lo que dictan los mayores, en las normas, se va viendo resquebrajada a medida que crece. Las desigualdades sociales van haciendo mella en él. El hambre, la pobreza, la lucha de clases, irán marcando su personalidad y su destino.

Un libro muy bueno, que describe el contraste entre la pobreza de la ciudad y la abundancia del pueblo, de la pérdida de un mundo que ya no volverá a ser el que era, el despertar de las clases obreras contra la opresión. Todo en el libro se va cocinando a fuego lento y te va llevando sin darte cuenta a lo largo de la historia de España en ese período, de forma muy intimista. 

Una gran obra que habla de Arturo, pero que personifica el sentir de toda una generación, la de los humildes, que soñaron con romper con lo establecido.

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