Pálida luz en las colinas. Kazuo Ishiguro
"Pálida luz en las colinas" (1982) es una novela misteriosa y ambigua, que a través de la voz de Etsuko, una japonesa de los años '50 del siglo XX, que en diferentes momentos temporales (va al pasado y vuelve al presente) y con diferentes voces, nos habla de Sachiko, una misteriosa mujer surgida de la nada, mayor que ella y madre de Mariko, una niña de ocho o diez años, a la que que conoce en la Nagasaki de un Japón que se va recuperando de las secuelas de la Segunda Guerra Mundial.
Etsuko haba a su hija Niki de su vida, junto a un marido ambicioso y obsesionado por el trabajo, con un suegro afable, en un barrio de clase media frente a un desangelado descampado, una herida abierta en la tierra, donde viven Sachiko y su hija Mariko en una destartalada casa abandonada.
Sachiko desaparece cada dos por tres, durante horas, siguiendo a un americano de lengua rápida y promesas incumplidas, que llena su cabeza de pájaros, lujo y una vida mejor en Estados Unidos. Mariko se cría sola, ausente y rebelde, sin apego ni arraigo, sin cariño ni cuidado materno y sin padre.
Desde Londres y muchos años después, Etsuko reconstruye aquellos años para su hija Niki, mientras sigue sufriendo por la ausencia de su otra hija, la misteriosa Keiko, que surca el libro como un fantasma, y que Ishiguro desliza que es la propia Mariko, adoptada por Etsuko en algún momento, ante la locura amorosa y escapista de su madre. Keiko se suicida en algún momento del pasado, inadaptada al mundo que la tocó vivir, y es el resorte para construir la novela.
De propósito confuso y argumento indefinido, Ishiguro juega con los silencios, con lo que no cuenta, con los sobreentendidos, para construir una novela intimista y delicada por igual, marcada por la tragedia como forma de vida.

Comentarios
Publicar un comentario