París era una fiesta. Ernest Hemingway
"París era una fiesta" (1964) cuenta de modo autobiográfico las vivencias de Ernest Hemingway en su etapa en París, donde buscaba abrirse camino en el mundo de la literatura. Corrían los años 20 del siglo pasado, vivía de forma muy modesta y austera con su primera mujer y su hijo, en una habitación de alquiler, sobreviviendo a base de lo que le pagaban por los cuentos que iba escribiendo.
Su vida en París se basaba en recorrer los parques y los cafés, donde trabajaba, y relacionarse con los escritores e intelectuales de la época, que se asentaban en París. Así, en el libro nos habla de Francis Scott Fitzgerald o Ezra Pound.
Lo parco de su vida contrasta con la felicidad que le acompaña. Es una etapa que recuerda con alegría, en la que se abrió al mundo literario, conoció a personalidades como James Joyce y disfrutó de una París moderna, acogedora y en la que se podía vivir con muy poco.
Sus viajes a Suiza y Austria, para disfrutar de la nieve, su sencilla vida con su esposa, completan una novela breve, que nos presentan a un Hemingway amante de la vida y el buen vino, al que le gustan las carreras de caballos, que vive de forma frugal pero intensa y apasionadamente, que descubre poco a poco un mundo literario que le acabará encumbrando, pero que rehúye los focos de la fama aunque se va haciendo un nombre.
Nos muestra un retrato de una ciudad alegre, sin preocupaciones, donde la cultura bohemia brota en cada esquina. Una intelectualidad que en general pinta como bizarra y con un punto de locura.
Una autobiografía interesante para conocer esos inicios de uno de los grandes de la literatura del siglo XX.

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