La máquina se para. E.M. Forster

Con "La máquina se para" (1909) nos adentramos en una breve distopía postapocalíptica, en la que la gente vive bajo tierra, dado que la superficie es inhabitable.

E.M. Forster (Reino Unido, 1879-1970) deja destellos de lo que después desarrollarían otros como Huxley y Orwell. Una sociedad regida por una Máquina, que ha despojado al hombre de libre albedrío, que ha roto con el concepto de sociedad. Las personas vive aisladas en cubículos bajo tierra, sin contacto físico, relacionándose por medio de pantallas, en una imagen visionaria que recuerda a Internet o aplicaciones como Skype.


Junto a ella, en la mesilla, había un vestigio de la era del desperdicio: un libro

La Máquina, creada para servir al ser humano, se convierte en objeto de adoración, en un dios, que controla todos los aspectos de la vida a golpe de un botón.

En este escenario aparecen Vashti, una conferenciante que ama la vida fácil que proporciona la Máquina, y Kuno, su hijo, que se cuestiona que sentido tiene vivir así, así como si es o no verdad que es imposible vivir en superficie.

Viven separados, en dos colonias en hemisferios opuestos y la petición de Kuno de que su madre le visite físicamente a ésta le produce repulsión. Su desplazamiento hasta una aeronave, que plagan el cielo la incomoda profundamente, pues ha de compartir el aire con otras personas.

Las ideas de Kuno le generan rechazo, hasta el punto de renegar de él.

Kuno, que termina siendo desahuciado tras subir a la superficie, la confiesa que ha encontrado otras personas que viven allí arriba, aunque el aire es irrespirable aparentemente.

Cuando la Máquina empieza a fallar, primero imperceptiblemente y luego de forma evidente, todo se desmorona.


En los alborees del mundo, se exponía a los débiles en el monte; en su crepúsculo, los fuertes serán objeto de eutanasia para que la Máquina pueda progresar eternamente

La muerta de un estilo de vida de esclavitud y adoración al dios Máquina supone un rayo de esperanza para que los supervivientes hagan las cosas de otra manera.

Un relato perturbador, clarividente y muy atractivo, que no desmerece en nada a los grandes clásicos. Un gran desconocido que merece ser leído.

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