Púa. Lorenzo Silva

"Púa" (2023) es tal vez una de las novelas más profundas de Lorenzo Silva (Madrid, 1966). 

Presenta dos tramas. Por un lado, y como hilo conductor, nos cuenta el pasado de Púa, apodo de un agente encubierto que formó parte de la guerra sucia contra ETA, de cómo llegó a enrolarse en ese grupo, cómo operaban, cómo era su vida en la clandestinidad, en la más absoluta soledad y desamparo, cómo eran los cruces de la frontera, las infiltraciones, convivir con el enemigo, ser un farsante con mil caras y jugársela a diario.

Ese hilo nos presenta, además de a Púa, a Uno y Araña, los líderes del grupo, así como a Mazo (un personaje que formará parte también de la segunda trama), a Corcho y a Clavo.

Puede palparse la tensión en la descripción del escritor. Nos traslada a esos pueblos del Pirineo francés, oscuros, húmedos y rodeados de bosque, donde los terroristas tuvieron un santuario durante muchos años. 

Púa encuentra el amor, primero como una tapadera y luego como un oasis en el que refugiarse ante tanta barbarie. Un amor casi prohibido y con fecha de caducidad.

Los acontecimientos se suceden, se aceleran y el desenlace es angustioso y de cara o cruz. 

La segunda trama nos trae a Vera, hija de Mazo, cuando éste ya moribundo, escribe a Púa tras muchos años de incomunicación pactada entre ambos, para pedir que ayude a su hija.

Las compañías de Vera no son las más recomendables. Púa hace honor a la promesa y se compromete a ayudarla. Lo que parece algo que puede resolverse fácilmente, se complica sobremanera. Púa no ha cuantificado la magnitud del problema, sus raíces y ramificaciones y cuál es el origen y los actores. 

Así, su vida de incógnito y anonimato vuela por los aires, convirtiéndose en una huida desesperada, donde solo piensa en salvar a Vera de su pasado y del de su padre y, si es posible, salvar su propio pellejo. El pasado vuelve a presentarse ante sus ojos, y los viejos aliados y enemigos hacen acto de presencia, en una trama que coge velocidad y converge con la inicial, cerrando el argumento con bastante acierto.

Silva no me decepciona nunca, y ésta no ha sido una excepción. Una novela trepidante, con un argumento bien desarrollado, bien documentado, que combina el propio thriller con casi un ensayo de aquellos años de terror y violencia que sembraron España de cadáveres.

Espero con ansia la publicación en 2025 de la nueva entrega de la saga Bevilaqua y Chamorro, que tan buenos ratos me hace pasar.

Primera lectura del año y muy buen comienzo.

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