Cuando canta el búho. Janet Frame

Me ha dolido. Me ha dolido que "Cuando canta el búho" me haya parecido muy inferior a "Rostros en el agua". Escrita en 1957, es la primera novela de la escritora neozelandesa Janet Frame (1924-2004).

Cuatro hermanos pertenecientes a una familia pobre y desestructurada, sobre la que se ceba la tragedia de forma calamitosa y cruel.

Escrita tras salir del oscuro laberinto de psiquiátricos en el que estuvo inmersa Frame, plasmado de forma magistral por la autora en "Rostros en el agua", me ha resultado caótico. Una escritura difícil de seguir, tortuosa como la vida de sus protagonistas.

Parece un diario de alguien desquiciado, privado de estabilidad y paz mental, perdido dentro de un laberinto. Tal es la narración de "Cuando canta el búho", difícil de seguir, donde se intercalan varias voces, donde no hay un hilo temporal claro y donde la prosa se mezcla con el verso, donde los narradores se intercalan, se difuminan. 

Llegaba a ella con muchas ganas, tras ser "Rostros en el agua" una de mis mejores lecturas de 2023. La consideraba una lectura segura, de esas que a priori sabes que te van a gustar. Pero me he encontrado otra cosa. Esperaba el porqué al ingreso de Frame en el infierno de los psiquiátricos y no lo he encontrado. 

Los críticos ven en Daphne, una de las hermanas de la novela, el alter ego de Frame. Y tal vez lo sea, pero no llegamos a saber cómo llega a ser ingresaba ni por qué. No sabemos el destino de sus hermanos, ni se ve la supuesta ira de su padre. 

La veo como una obra experimental, surgida de una mente dolorida, destruida tras años de encierro y tratamientos brutales. Una ventana que abrió al mundo para gritar en forma de palabras y capítulos, donde volcar una realidad desestructurada, fragmentada, rota como su cuerpo y su alma. Y eso es valioso seguramente, aunque como novela no alcanza a ser bajo mi punto de vista algo notable y, desde luego, ni se aproxima a la magistral "Rostros en el agua".