La velocidad de la luz. Javier Cercas

Aunque aún escasa, la obra de Cercas está entre mis favoritas, a excepción de "El impostor", que como ensayo novelado no me sedujo en absoluto.

En esta ocasión, abordé "La velocidad de la luz", novela de 2005 publicada por Tusquets. El narrador, de cuyo nombre no llegamos a enterarnos en toda la novela, nos cuenta la historia de cómo llegó a escribir la novela que está en nuestras manos. Es una novela de una novela.

La historia, la de un joven barcelonés, cuya vocación es ser escritor y que el azar le lleva a a Urbana, en Estados Unidos, a cubrir una plaza de profesor asociado de español en la universidad. Allí conoce a Rodney, un profesor meditabundo, ausente, oscuro, casi un personaje en la niebla, con el que nadie se relaciona y que parece estar ausente.

Poco a poco, se va plasmando una historia de amistad, separación y reencuentro y va surgiendo una historia del pasado de Rodney, que se entrelaza con la del narrador, casi convirtiéndolos en dos almas gemelas, con las mismas o parecidas heridas abiertas. 

La narración cubre un período de casi veinte años, en los que el narrador evoluciona, llega a la cima y cae al infierno y donde Rodney parece encontrar la luz y las tinieblas a partes iguales.

Una novela que es un viaje al pasado, que remueve las cenizas, que habla de secretos inconfesables, de personajes heridos, oscuros, con remordimientos, con culpas que purgar.

Cercas, como siempre, plantea una narración espléndida, sobria, con un control de los tiempos fantástico y unos personajes elaborados, trabajados, con profundidad.

Una buena novela, con el tono intimista que aparece en alguna de las obras del autor, que invita a degustarla.

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