Alguien voló sobre el nido del cuco. Ken Kesey
¡Qué gran manera de convertir casi en una comedia un drama! Ken Kesey (1935-2001) plasmó en esta obra las pésimas condiciones de vida de los psiquiátricos norteamericanos. Con un personaje fascinante, magnético, irreverente, rebelde, zafio, como McMurphy, destapa una vida de crueldad, sometimiento y angustia.
Y es que lo que nos cuenta es una vida que no es vida. Los pacientes, son robots amaestrados, que no pueden variar un ápice su conducta día tras día, que son sometidos a burla y escarnio, a abusos psicológicos permanentes. Y a abusos físicos, pues son sometidos de forma arbitraria a sesiones de aislamiento, electroshock e incluso les son practicadas lobotomías, como prácticas de curación y redención.
En este escenario de desesperanza, en el que son poco más que vegetales, aparece McMurphy, un buscavidas que solicita ser trasladado de un centro de internamiento de delincuentes a un psiquiátrico, buscando tranquilidad y mejores condiciones de vida. ¡Gran error! Cuando ve las condiciones, decide rebelarse. Haciendo uso de su humor zafio, su estilo vacilón y chulesco, va minando las normas del centro, a la vez que va despertando a los pacientes de su aletargamiento.
Frente a Murph tenemos a su némesis, la enfermera Ratched, que ejerce un poder déspota y absoluto en el centro, manejando a su antojo a pacientes y empleados.
Se establece una lucha de poder de consecuencias imprevisibles. Murph no ceja en su empeño de liberar las mentes de sus compañeros, aunque lo envuelve en sus tretas, como un trilero.
La obra permite ahondar en un drama de una forma casi cómica. El autor consigue sacar una sonrisa del lector en muchos pasajes del libro, a pesar de la historia que está narrando.
Frente a "Rostros en el agua" de Janet Frame, que era un relato autobiográfico descarnado, sin pausas ni consuelo, en "Alguien voló sobre el nido del cuco", el autor, Ken Kesey, sí da tregua por momentos, a pesar de que describe los mismos abusos que Frame. Son dos estilos muy distintos para hablar de lo mismo. Del trato vejatorio y abusivo que recibía los pacientes de los centros psiquiátricos en la primera mitad del siglo XX.
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