Cañas y barro. Vicente Blasco Ibáñez

Me lo voy a leer todo de Blasco Ibáñez. Primera incursión en su obra y me ha maravillado. Es un autor que claramente encaja con lo que me gusta leer. Seguro que "Cañas y barro" está ahora mismo en mi top 10 de lecturas 2023.


Blasco Ibáñez, nacido en 1867 y fallecido en 1928, fue uno de los impulsores del naturalismo, seguramente una de las fuentes literarias de mi adorado Miguel Delibes. Republicano por convicción y fundador del periódico El Pueblo, retrató el costumbrismo valenciano como nadie. Articulista, viajero, historiador, un personaje polifacético cuya obra quiero explorar a fondo.

En "Cañas y barro", escrita en 1902, se narra la penosa y azarosa vida en La Albufera valenciana a principios de siglo. A través de tres generaciones de la familia Paloma, el autor va desgranando la dureza de la vida en la laguna, la precariedad de sus gentes, el hambre, la dependencia de la climatología y de la madre naturaleza. Y retrata igualmente a sus gentes: duras, envidiosas, curtidas en la fatalidad y buscando como sobrevivir a cualquier costa.

El abuelo Paloma, legendario personaje de la laguna, vive anclado a la tradición, al agua. Repudia aquellos que cultivan arroz, que pisan tierra firme y que quieren cambiar las costumbres, los que quieren pervertir la vida de la laguna.

Su hijo Toni es de los que quieren cambiar, impulsar las tierras de cultivo, que garantizan un mayor ingreso y posibilitan salir de la miseria de El Palmar. Las fricciones entre padre e hijo son constantes, un choque cultural sin opción de ser resuelto. Toni es un trabajador incansable, un idealista que sueña con convertir una parcela de agua en un arrozal, empeñando en ello su vida. Su hijo Tonet, tercera generación de los Paloma, tiene otras ideas en mente.

Tonet busca huir de todo. Busca la fortuna rápida, sin esfuerzo. Huir de lo que está escrito, recorrer el mundo, conocer gente y divertirse.

Tonet, Neleta y Sangonera, tres amigos de la infancia, con tres destinos muy distintos, unidos por la fatalidad, son las líneas de la vida que utiliza Blasco Ibáñez para hablar de la tradición de la zona, las fiestas y la gente. Para describir cómo se vive y cómo se muere en la laguna. Cómo se sobrevive hurtando caza y pesca a los señoritos dueños de la zona, cómo la enfermedad se ceba con ellos en sus miserables barracas de adobe expuestas al frío, la lluvia y las enfermedades. 

Y en este ambiente tan terrible, describe el amor como una fatalidad. Como algo casi proscrito, un capricho que cuesta muy caro en estas tierras.

Una novela magnífica, que te permite oler y sentir La Albufera, con una descripción primorosa de la naturaleza que la rodea. Una obra magnífica.

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