El imperio final. Brandon Sanderson

Descubrí a Sanderson con Elantris y supe que me iba a gustar. Allí componía un mundo de magia y misterio, pero sobre todo un mundo de historia. Muy al estilo de Juego de Tronos.

Con "El imperio final", inicio la aclamada saga "Nacidos de la bruma". Y las sensaciones son de nuevo las mismas. Una trama muy elaborada, con un desarrollo de los personajes muy rico, y con mucha historia, muy al estilo de George R.R. Martin o J.R.R. Tolkien. La magia es lo de menos, la fantasía igualmente. En un mundo de hombres, gobernado por hombres, con pequeños complementos de magia que lo enriquecen pero sin perder el foco de la historia.



Esta trilogía la componen la citada "El imperio final" (2006), "El pozo de la ascensión" (2007) y "El héroe de las eras" (2008).

A ésta le sigue una tetralogía, que narra hechos posteriores y que se compone de "Aleación de ley", "Sombras de identidad", "Brazales de duelo" y "El metal perdido".

En el caso de esta obra, el mundo conocido vive subyugado desde hace mil años por el Lord Legislador, que gobierna con tiranía sobre los skaa. Estos, carentes de todo derecho, son esclavos al servicio de los nobles, una subespecie humana.

Una banda de ladrones con principios, liderados por Kelsier se autoimponen la labor de liberar el mundo conocido de ese yugo. Kelsier es un nacido de la bruma. Aquí entra en escena el punto fantástico. Y es que estos humanos tienen la capacidad de absorber las propiedad de ciertos metales y utilizarlos para llevar a cabo proezas de todo tipo, como ser más fuertes o rápidos, influir en lo sentimientos de los demás o agudizar los sentidos.

Bajo su tutela, recluta a Vin, una skaa que desconoce los poderes que posee y que se convertirá en un arma clave en la lucha por la libertad.

Inquisidores y obligadores componen las fuerzas oscuras que rodean al Lord Legislador y a los que tendrán que enfrentarse los rebeldes.

La chispa prende la llama y el plan de Kelsier coge impulso, iniciando una revuelta sin precedentes y con un final impredecible. 

Este primer volumen introduce a una serie de personajes de lo más variopinto pero, sobre todo, introduce a Vin, que será sin duda el personaje central de la saga.

A pesar de su tamaño, el libro fluye a una velocidad vertiginosa. Sanderson sabe cómo atrapar al lector, cómo zambullirle en la historia desde el principio y cómo hacerle partícipe de la trama

Sin duda, hace honor a su fama y en esta saga lo demuestra. Deseando continuar con ella.

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