Elantris. Brandon Sanderson
Primera incursión en el universo de Brandon Sanderson. No le conocía, pero los booktubers de fantasía siempre lo ensalzan, como uno de los grandes del género.
Y no deja de ser cierto. He empezado con Elantris, su primera obra. Y es grandiosa, por extensión y por trama. Fantasía de la clásica, de la de magia y guerreros en un mundo humano. No hay otras criaturas, si exceptuamos a los seones y a los propios elantrinos.
El mundo que se describe está en guerra. Fjordell representa el mal, un pueblo belicoso gobernado por el Wyrm, un poderoso caudillo dotado de poderes que encarna la religión de Jadeth y aspira a tiranizar el mundo enterno.
Frente a él, la maldita ciudad de Elantris, antaño cuna de dioses y ahora maldita, el reino de Arelon y el de Teod.
Y es que Elantris se cae a pedazos, tras haber pedido su magia. Allí son desterrados aquellos que se contagian de la shaod, una extraña enfermedad que deja a las personas en un plano entre la vida y la muerte.
Raoden, heredero de Arelon, contra la enfermedad y es desterrado a la fastuosa y decrépita ciudad-prisión en que se ha convertido Elantris. Encuentra clanes que se enfrentan por la escasa comida, rodeados de suciedad y degradación. Las personas carecen de propósito dentro de Elantris, y eso les lleva a olvidar su condición humana. Raoden instaura un nuevo gobierno en la ciudad y, poco a poco, consigue restaurar las ganas de vivir y el propósito de la gente.
En paralelo, Sarene, su prometida, se ve envuelta en la trama política de Arelon, con un rey, su suegro, que solo se preocupa de amasar fortuna, en una sociedad decadente marcada por las desigualdades sociales y la avaricia.
Llega a Kae, una de las ciudades que rodea a Elantris y centro de poder de Arelon, un representante de Fjordell, Hrathen, con el propósito de convertir al reino a su credo, sea como sea.
A partir de aquí, se entretejen tres hilos argumentales en paralelo, que convergen y divergen por momentos, con cruces de caminos. Así, Sanderson va tejiendo una obra monumental, muy al estilo Juego de Tronos, con traiciones, mucha política, personajes que van desarrollándose y que no dicen ser lo que son en realidad, magia y guerra.
Me ha gustado mucho el libro. Casi ochocientas páginas muy bien hiladas, con un buen argumento y un desarrollo de los personajes detallista. Y con Elantris en el centro, como objeto de culto y misterio.
Como punto de mejora, el final es demasiado predecible y muy rápido. En poco menos de cincuenta páginas se decide todo. La historia merecía un final más trabajado y extenso.
Volveré a Sanderson. Sin duda, un gran autor de fantasía.
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