La isla del fin de la suerte. Lorenzo Silva
Novela corta de crimen y misterio de 2002, de las que se entregaban por fascículos. El bueno de Lorenzo Silva le da a todo, y a todo le da bien.
Muy entretenida. Bruno Pezzi, un multimillonario amante de la soledad, invita a un grupo de personas a su mansión en un islote en el Báltico. Banqueros, periodistas, escritores. Una mezcla de gente bien, a la que está vinculado en unos u otros negocios y a los que controla. Y una nota díscola: un sobrino al que casi no conoce, asalariado y mujeriego.
La primera noche, uno de los invitados aparece asesinado, las comunicaciones son boicoteadas, el generador destruido y el yate hundido. A partir de aquí, se inicia una novela de asesinatos con un toque de comedia bufa. Ismael es nombrado por votación popular el detective que trate de desenmascarar al asesino. Un asesino que ha de estar entre ellos, puesto que el islote es inaccesible.
Ismael, que ha echado el ojo a la joven esposa de su tío, la nombra su ayudante. Él se toma el cargo como una oportunidad para acostarse con su nueva tía, pero el caso se va complicando. Otro invitado y una persona del servicio desaparecen, el ambiente se va tensando e Ismael se va metiendo en el papel, hasta ser reemplazado por otro de los invitados, un pusilánime con aires de líder.
Lorenzo Silva va planteando y descartando sospechosos, en un juego que invita al lector a plantear sus propias teorías.
El desenlace, no por predecible es menos interesante. El culpable se veía venir desde casi el principio. El tío busca ajustar cuentas, aunque lo viste de justicia social.
Una vez más, Lorenzo Silva no defrauda y entretiene.
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