El gran Gatsby. F. Scott Fitzgerald
Una de las novelas más aclamadas de la literatura norteamericana del siglo XX. Y no me ha gustado. Me ha dejado realmente indiferente.
Por más que he tratado de buscar la esencia, el alma de la novela, no he encontrado nada. Un argumento pobre, el clásico de un don nadie al que la suerte y su esencia buscavidas, más los negocios más o menos ilícitos le llevan a la riqueza, al que se pegan cual moscas a la miel toda clase de conocidos e interesados a los que en realidad no les interesa en absoluto, salvo por su dinero y sus fiestas.
La búsqueda de un pasado que no volverá, la soledad, las relaciones frías e interesadas. Y el fatal desenlace de algo no puede ser, dado que un pobre de cuna no puede sobrevivir mucho tiempo entre la alta sociedad, ni el dinero le salva de la animadversión, los celos y el desprecio.
Y este es el resumen. Poco se cuenta en las doscientas páginas que tiene la novela. Personajes del medio oeste, tres de ellos adinerados y superficiales, clasistas y obscenos en su forma de vivir, un pobre venido a más y el narrador, que parece el más sensato de todos.
Gatsby busca reencontrar a su amor perdido, una adinerada joven, Daisy, superficial y materialista, que ve a Gatsby como un capricho, un divertimento en su aburrida vida. Tom, su esposo, con una amante por todos conocida, que envidia la vida de Gatsby y a la vez la desprecia y que urde el fatal desenlace. Jordan Baker, golfista y clasista. Y una pléyade de anónimos, que se arrimaron a Gatsby por sus fiestas y que desaparecieron sin más cuando éste dejó de estar, sin mirar atrás y si un ápice de pena o desconsuelo.
No digo que no esté bien escrito. Pero no me ha dejado ni un poso de satisfacción. Prescindible.
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