Los testamentos. Margaret Atwood

Me ha costado bastante engancharme a este libro. Seguramente el hecho de seguir la serie, que sigue un curso de los acontecimientos muy distinto, con otros personajes y tramas, hace que cueste leer algo inesperado, frustra no saber cómo acaba la historia que estás viendo en la televisión, los ritmos, etc. Además, el modo diario nunca ha sido mi fuerte.

Por ello, las primeras doscientas páginas me han resultado flojas, sin ritmo, inconexas, poco ricas en detalles, no enganchan. A partir de ahí, el argumento va cogiendo fuerza, las conspiraciones resurgen con fuerza y se convierte en una buena historia de venganza de Tía Lydia, cocinada a fuego muy lento eso sí.

Los tres hilos argumentales van convergiendo, hasta que todo encaja y te encuentras en la página cuatrocientos, deseando que no se acabe y que Atwood dé más detalles de cómo acaba todo, de si Gilead se autodestruye, la destruyen otros o sobrevive y resurge de sus cenizas. Y ahí, en el clímax, se acaba el libro y te deja un tanto huérfano. Un final muy rápido, incluso precipitado, que te deja con ganas de más detalles, de otras cien páginas para desgranar todo con más detalles.

La conversión de Agnes, la sumisión y sacrificio de Becka y la rebelión de Jade o Nicole no hacen sombra a Tía Lydia, pues "Los Testamentos" es una obra dedicada a ella, al personaje central de la obra, a sus claroscuros, a su doble moral. Con ella, siempre tienes la sensación, incluso en la serie, de que va a rebelarse en algún momento, que lo va a hacer todo estallar, para al minuto siguiente reflexionar sobre lo retorcida que es y sobre por qué ha seguido un camino tan oscuro, despiadado y cruel para conseguir su venganza. Seguramente es que el camino de la venganza siempre es así, cruel y oscuro y no hay atajos.

En resumen, una obra bien escrita, con un inicio lento y plano, un nudo que engancha y un final vertiginoso pero muy breve.

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