El tiempo de los héroes. Javier Reverte

Me quedan pocas de sus balas, maestro. Nos dejaste en 2020 y dejas un vacío irreemplazable. De dichas balas, una de las que me faltaba por leer era ésta, El Tiempo de los Héroes. Y qué bala. Una de las mejores de la Guerra Civil que he leído hasta el momento.

Siguiendo como hilo conductor la vida de Juan Modesto, miliciano, comunista y estratega, Reverte nos va haciendo una visita guiada por los escenarios de las principales batallas que tuvieron lugar en nuestra guerra patria. Así, de la mano de Modesto visitamos Jarama, Paracuellos, Brunete, Belchite, Teruel o la Batalla del Ebro.

Modesto, un desconocido absoluto para mí, se torna un personaje de principios, anteponiendo sus hombre a la política, sus valores a los de sus superiores, siempre recto en sus decisiones. Con poco más de treinta años, comanda las tropas leales y va narrando como la falta de convicción va llevándoles a la derrota, más allá del desequilibrio de tropas, material, armamento o aviación. 

Mientras Europa mira hacia otro lado, la República se va deshaciendo como un azucarillo en un vaso de agua hirviendo, despedazada por intereses propios y ajenos.

Reverte describe como pocos, te hace meterte en las historias como ninguno y en esta novela lo consigue quizás más que en ninguna. Se perciben los campos de batalla, el aroma de la muerte, la paleta de colores de la desolación, los ruidos de los obuses y morteros cayendo junto a ti, las salpicaduras de barro y sangre manchando tu rostro.

Hace un repaso no solo de lugares, sino también de personajes históricos del lado republicano. Negrín, Indalecio Prieto, Líster o Rojo son algunos de los más destacados, de los que hace con fina cirugía un encaje en el tablero global.

Una novela fantástica, cargada de hechos pero con el toque Reverte, que la hacen única. Lectura obligada para los seguidores de Reverte y aquellos a los que les interese la Guerra Civil, pues en sus poco menos de seiscientas páginas hace un completo viaje por la misma, describiendo algunos de los motivos de la derrota, como la política influyó muy negativamente en dicha debacle, las luchas internas, la desunión o la falta de ambición o convicción por ganar, a pesar de la adversidad y la desigualdad de fuerzas, donde mientras los hombre moría en la trichera, los políticos jugaban al tute en los despachos.

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